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YANACONAZO: Entre los primitivos Incas, constituía el criado o peón con desempeño campesino, que sin integrar las comunidades, ni depender del cacique o jefes, explotaba la tierra o se asignaba a particulares. Su origen, radica en un castigo del Inca impuesto a las tribus de los Yanayaku por actos de insubordinación, sometiéndoles al servilismo y reduciéndolos a la categoría de criados perpetuos. Con el hispano se mantienen fuera de las comunidades indígenas, atendiendo ganaderías y cultivos, debiendo, en principio, percibir un jornal. El yanacón representa en forma embrionaria el peón de campo actual.
En el territorio del río de La Plata también se denomino así a los indios fugitivos y vagos que se refugiaron en las haciendas y chacras de los españoles, aplicándose a servirlos con el cultivo de los campos, o a los que simplemente se mantuvieron vagos andando de un pueblo a otro sin ningún destino fijo; y por último, a los que se retiraron a las ciudades principales como Potosí, Tarija y otras, para vivir en sus vicios sin sujeción a doctrina ni caciques.

YANTAR: Presentación enfitéutica que antiguamente se pagaba en especie, y hoy en dinero, al poseer del dominio directo de una finca.

YERNO: Respecto de una persona, el marido de su hija. Parentesco por afinidad que acarrea consecuencias jurídicas como obligaciones alimentarias e inhabilita las declaraciones testimoniales en los pleitos de suegro o suegra.

YERRO: Falta o delito cometido por ignorancia o malicia, contra los preceptos y reglas de un arte, y contra las reglas divinas y humanas. Equivocación por descuido o inadvertencia aunque sea inculpable.